Eclipse de Sol del 20 de marzo de 2015, visto desde Navarra.

Al hilo del eclipse de Sol del próximo 20 de marzo recordábamos, en una entrada anterior, algunas nociones generales sobre cómo se produce este fenómeno. Pero como Agrupación Navarra de Astronomía / Nafarroako Astronomia Elkartea nos interesa sobre todo cómo se verá el eclipse desde Navarra.

Para ello hemos elaborado el siguiente gráfico donde se muestran las características principales del eclipse, tal y como se verán desde cualquier punto de nuestra comunidad.

Eclipse desde Navarra

El eclipse de Sol del 20 de marzo de 2015 en detalle, tal y como se verá desde Navarra.

En la figura se indica también la altura aproximada del Sol, en grados, medida desde el horizonte. Téngase en cuenta que el horizonte puede estar oculto por montañas o edificios. (Los tamaños del Sol y la Luna se han exagerado para mayor claridad)

La duración total del eclipse es 2h 15’ 15”. Las horas de comienzo, máximo y fín del eclipse corresponden a Pamplona (hora local), pero serán prácticamente las mismas en cualquier otro lugar de Navarra.

El día 20 es el equinoccio de primavera, en fecha tan señalada (astronómicamente hablando) la inclinación de la trayectoria del Sol respecto del horizonte es igual a la colatitud del lugar de observación. En el caso de Pamplona esta inclinación es aproximadamente 47o 12’ . (La colatitud de un lugar se calcula como 90o – la latitud. En el caso de Pamplona la latitud es aproximadamente 42o 48’)

Eclipse de Sol. Parecido a como se verá desde Navarra. Foto de Patxi Martinez. ANA/NAE

Eclipse de Sol, parecido a como se verá desde Navarra. Foto de Patxi Martínez Goñi. ANA/NAE

 

 

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Eclipse de Sol, 20 de marzo de 2015

El próximo 20 de marzo, a las 23:45 h exactamente (hora local), el invierno dejará paso a la primavera para aquellos que vivimos en el hemisferio norte y el verano dejará paso al otoño para los que viven en el hemisferio sur. Es el equinoccio de marzo, un momento astronómico concreto dictado por los no tan sencillos movimientos de la Tierra en relación con el Sol, y que nosotros identificamos cada año con un día y hora también concretos de nuestro calendario.

Foto de Patxi Martínez Goñi, ANA/NAE

Eclipse de Sol. Foto de Patxi Martínez Goñi, ANA/NAE

Este año el invierno (verano para el hemisferio sur) se despide a lo grande, ni más ni menos que con un eclipse solar. Será ese mismo 20 de marzo, pero por la mañana. Aquellos que por casualidad (¡seguramente no, claro!) se encuentren en una estrecha franja de mar, en los helados mares que rodean el sur de Groenlandia e Islandia y el norte de los países escandinavos, podrán disfrutar del gran espectáculo de un eclipse total. Para los que estaremos en algún sitio de Europa o del norte de África el eclipse será solo parcial, pero no por ello dejará de ser un fenómeno digno de ver.

Pero… ¿Qué es un eclipse de Sol?

En un eclipse de Sol la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra y la sombra de la Luna se proyecta sobre la superficie terrestre.

eclipse 1Casualmente el diámetro aparente de la Luna y el Sol es muy parecido, por lo que cuando la Luna pasa por delante del Sol lo tapa completamente o casi completamente. Dado que ni la órbita de la Tierra alrededor del Sol ni la órbita de la Luna alrededor de la Tierra son circulares, las distancias entre ellos varían ligeramente. Debido a esto la Luna puede o no tapar completamente el Sol cuando pasa por delante.

eclipse 2El eclipse de Sol siempre se produce en fase de Luna Nueva, pero no todas las lunas nuevas hay eclipse debido a que el plano de la órbita lunar está inclinado unos 5.1 grados respecto del plano que contiene la órbita de la Tierra (plano de la eclíptica)

eclipse 3La combinación de los ciclos orbitales de la Tierra y la Luna hace que las fechas de los eclipses vayan cambiando de año en año pero a largo plazo los eclipses vuelvan a repetirse aproximadamente en las mismas fechas. Este periodo de repetición de eclipses se llama Ciclo de Saros, equivale a 18 años y 11 días (223 lunaciones) y ya era conocido siglos antes de nuestra era.

 … continuará

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Aquellos maravillosos PARHELIOS.

Aquellos maravillosos PARHELIOS.

Hoy voy a hablaros de un fenómeno óptico-atmosférico que, a pesar de que suele ser muy vistoso y hermoso, es desconocido para la mayoría de las personas. Me refiero a los PARHELIOS, o «falsos soles».

Este fenómeno consiste en que, a veces (en determinadas circunstancias atmosféricas) se ve a ambos lados del Sol (o a un solo lado) un FALSO SOL.

El parhelio (o «falso sol»), cuando aparece, siempre está a una distancia de 22º del Sol, y en horizontal respecto a éste.
(Para que os hagáis una idea: una mano extendida con el brazo estirado ocupa una distancia de 20º en el cielo. Así que la distancia del parhelio al Sol es siempre un pelín más que una mano abierta).

La palabra «parhelio» viene del griego «parhelion» («para»= «junto a», y «helios»= «Sol»). Los parhelios se conocen desde la más remota Antigüedad (ya los describió Aristóteles). En inglés se les llama «sun dogs», porque es como si fueran los perros guardianes del Sol.

Este fenómeno no es muy frecuente (no se observa todos los días), pues sólo se produce en determinadas condiciones: cuando la luz del Sol atraviesa un deteminado tipo de nube (cirros o cirroestratos), formada por cristales hexagonales de hielo, los cuales deben estar en posición horizontal. (Si dichos cristales no están -sólamente- en posicion horizontal, entonces se da otro fenómeno: un enorme anillo alrededor del Sol, llamado halo solar. A veces los parhelios se ven formando parte de un halo solar.)

Bueno, el caso es que, los parhelios, aunque no sean muy frecuentes, sí son muy fáciles de observar. Suelen brillar en el cielo con gran intensidad siendo a veces muy llamativos y hermosos.

Creo que, dada su belleza -y en ocasiones espectacularidad-, no está justificado el desconocimiento que tiene este fenómeno para la mayoría de la población, y que su contemplación -igual que la de muchos otros fenómenos celestes- merece mucho la pena.

Así que, ya sabéis: si queréis ver parhelios, no tenéis mas que fijaros a ambos lados del Sol en esos días en que haya ese tipo de nube… y  ¡a ver si hay suerte!

A continuación os pongo algunas fotos de parhelios que he hecho en los últimos años (clickear para ver más grande):

 

Dos parhelios (uno a cada lado del Sol), desde la terraza de la Agrupación:

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Un brillante parhelio a la izquierda del Sol (foto sacada desde Barañáin):

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Parhelio a la derecha del Sol (foto sacada desde Echavacoiz Norte):

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Parhelio desde la Vuelta del Castillo. A la derecha de la foto el Sol, y a la izquierda el parhelio:

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Parhelio desde el parque de la Media Luna (Pamplona):

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Un parhelio (esta vez a la derecha del Sol), desde la Magdalena. Obsérvense las torres de la Catedral de Pamplona:

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Aquí se aprecian dos parhelios (uno a cada lado del Sol), desde la Rochapea:

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Brillantísimo parhelio, desde Mutilva: (Y también se aprecia un poco de halo: anillo alrededor del Sol)

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Espectacular parhelio desde Boltaña (Huesca):

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Otro desde Echavacoiz Norte:

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Otro -muy brillante- desde Mutilva:

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Otro desde Barañáin:

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En ocasiones los parhelios presentan colores como de arco iris, como éste (desde el polideportivo de la UPNA):

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Parhelio entre calles (Rotxapea):

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Brillante parhelio a la izquierda del Sol (desde la zona de Lezkairu):

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Otro desde Barañáin:

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Un parhelio sobre la Morea:

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Y otro más desde Barañáin:

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Esto ha sido sólo una pequeña muestra de los muchos parhelios que he visto (y fotografiado) en los últimos años. Y es que, realmente, si nos fijamos un poco y los buscamos, son bastante frecuentes de ver.

¡Os animo a observarlos!

 

Una gran lluvia de meteoritos en mayo, regalo del cometa 209P/LINEAR

Una gran lluvia de meteoritos en mayo, regalo del cometa 209P/LINEAR

Ver una estrella fugaz por la noche, en un cielo despejado plagado de estrellas siempre suscita un ¡ooooh! o un “aaaaah”, quizás por lo irrepetible del momento, por lo fugaz de la visión. Esto ha sido así siempre, e independientemente de que sepamos actualmente cuál el origen de este fenómeno su observación no deja de sugerirnos un algo mágico que lo hace muy atractivo.

Las estrellas fugaces son generalmente pequeños granitos rocosos que al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre se incineran debido el calor generado por la fricción con el aire. Esto crea un trazo luminoso que a veces puede ser muy brillante y de gran tamaño, la estrella fugaz. Aunque pueden verse todo el año (basta observar el cielo estrellado durante un buen rato) existen momentos en los cuales su ritmo de aparición aumenta. Esto es debido a que la Tierra, en su movimiento alrededor del Sol, atraviesa una región donde la densidad de estas pequeñas partículas es mayor, siendo por tanto mayor el número de ellas que entran en la atmósfera. Estas regiones con mayor densidad de partículas están asociadas generalmente a cometas, que al acercarse al Sol y por aumento de la temperatura pierden parte del material, que queda orbitando en órbitas parecidas a las del cometa del que provienen. Así, si la Tierra cruza una de estas regiones donde la densidad de partículas es mayor, entonces el número de estrellas fugaces que veremos también será mayor. Esta situación se repite cada vez que la Tierra cruza la nube de partículas y en muchos casos esto produce lluvias de estrellas periódicas, que se repiten en las mismas fechas del año como las Perseidas en agosto o las Leónidas en noviembre.

Los modelos matemáticos que se usan para describir la producción de partículas y sus órbitas se pueden utilizar para predecir, en su caso, posibles lluvias de estrellas fugaces. Esto es exactamente lo que pasa con el cometa 209P/Linear, un cometa periódico que completa su órbita alrededor del Sol en poco más de 5 años y que en el momento de mayor proximidad al Sol (perihelio) llega a estar algo más cerca que la Tierra. Pues bien, diversos especialistas en este campo (Esko Lyytinen, Mikhail Maslov, Jeremie Vaubaillon) han realizado predicciones independientes, coincidiendo todos ellos en que el 24 de mayo de 2014, entre las 7 y 8 horas UT (entre las 9 y 10 de la mañana según nuestro reloj, es decir hora local) la Tierra atravesará varias de estas nubes, formadas durante los pasos por el perihelio ocurridos entre los años 1880 y 1920. Esta hora concreta, entre las 9 y 10 de la mañana hora local, corresponde al máximo de actividad según las predicciones. Las mismas predicciones indican que el máximo de actividad no durará mucho, algunos minutos, quizás una hora.

Además de la fecha y hora, las predicciones también nos indican donde está situado el radiante. El radiante es el lugar en el cielo, en la esfera celeste, de donde parecen surgir las estrellas fugaces. En realidad las estrellas fugaces que provienen de la misma nube de partículas entran en la atmósfera en la misma dirección, todas paralelas entre sí. Sin embargo debido a un mero efecto de la perspectiva nos parecen surgir de un punto, el radiante. Esto es lo mismo que cuando vemos unas vías de tren (figura). Los raíles son paralelos, pero parecen juntarse en un punto en la lejanía. Pues bien, el radiante está localizado en la constelación de Camelopardalis (La Jirafa, RA=124o, DEC=+79o) relativamente cerca del Polo Norte Celeste, es decir, cerca de la Estrella Polar. Esto significa que el radiante es visible para nuestras latitudes, y está relativamente alto respecto del horizonte, facilitando la observación del fenómeno.

Vías de tren y perspectiva.

Vías de tren y perspectiva.

Radiante

Radiante (click para ampliar)

No están tan seguros de cuál será la actividad de la lluvia de estrellas. Esta actividad se mide con un parámetro denominado THZ (Tasa Horaria Zenital) que indica el número de estrellas fugaces por hora, suponiendo que el radiante se encuentra en el Cénit (punto de la esfera celeste situado exactamente sobre nuestras cabezas). Se está hablando de un THZ=100, es decir 100 meteoros por hora en las mejores condiciones de observación. Esto significa en la práctica menos de un meteoro cada minuto si el radiante no está en el cénit. Algunos (optimistas) dicen que el THZ podría superar los 1000 meteoros por hora, en cuyo caso el fenómeno se catalogaría como tormenta de estrellas, pero es precisamente en el cálculo de la THZ donde las incertidumbres de los modelos son mayores.

Dicho todo esto, ¿Qué posibilidades tenemos de observar esta lluvia de estrellas desde algún lugar de nuestra geografía? Si nos fiamos de las predicciones, nuestra localización no nos coloca en una posición favorable para observar el fenómeno. Los observadores en Norteamérica (EEUU y sur de Canadá) son los que tienen las mejores condiciones, ya que será de noche a la hora del máximo. Para nosotros será ya de día y si la duración del máximo es realmente tan corta como está previsto nos vamos a perder la mayor parte del espectáculo.

Pero no desesperemos, no todo está perdido. Las predicciones son eso, predicciones. Y las predicciones en este campo son muy difíciles y complejas y habrá que esperar a la observación para contrastarlas.

De todo lo dicho se deduce que, si son ciertas las predicciones, el mejor momento para observar este fenómeno desde nuestra geografía es durante las horas previas a la madrugada del día 24 de mayo y realizando la observación desde un lugar con buenas vistas del horizonte norte. En cuanto a qué zona del cielo mirar, cualquier región que se encuentre a unos 20-40 grados del radiante está bien, por ejemplo la Osa Mayor se encuentra bien situada a este respecto.

Carlos Sáenz

Nuevo programa para fotógrafos planetarios

En los últimos años, desde la aplicación de las webcam, la observación de los planetas se ha multiplicado, de forma que se encuentran vigilados casi las 24H ya sea en un punto de la Tierra u otro. Esto ha permitido que se detecten con mayor frecuencia algunos eventos como impactos. Sin embargo, estas observaciones suelen realizarse mediante la grabaciones de vídeos que no son analizados fotograma a fotograma, por lo que suelen escaparse estos sucesos.

Acaban de publicar en esta web: http://www.pvol.ehu.es/software/ , un programa que se dedica a analizar los mismos vídeos que luego pasamos a Registax para buscar impactos, y que permite a los investigadores detectar las huellas que dejan en la atmósfera.