La pasada semana la lluvia de estrellas de las perseidas estaba en su mejor momento. El máximo de actividad, según las predicciones, era la noche del 12 al 13 de agosto. Como el tiempo anda loco, después de un julio abrasador hemos tenido una primera mitad de agosto más bien pasada por agua, las previsiones no eran muy halagüeñas. Pero como en la familia las perseidas es una lluvia que observamos tradicionalmente, nos aventuramos a ir a las Bardenas con la esperanza de mejor tiempo y mucho horizonte de observación.
El resultado… que allí también había nubes, ¡claro!. A última hora de la tarde se empezó a formar una tormenta, con considerable aparato eléctrico. Las nubes se iluminaban continuamente a causa de los rayos creando todo un espectáculo de luz y sonido.
Las nubes no cubrían el cielo completamente, más bien veíamos el grueso de la tormenta a media distancia. Había claros suficientes para no perder la esperanza. Y así fue que estando disfrutando del espectáculo de rayos y relámpagos cruzó una primera estrella fugaz, muy brillante, causando la exclamación de los que por allí estábamos. Su dirección era inequívoca, la primera perseida de la noche.
No fue la única, vimos bastantes entre los claros de la tormenta. Puse también la cámara, con la esperanza de congelar el paso de alguna estrella fugaz en una imagen decente. El resultado, muchas imágenes de la tormenta, con diferentes exposiciones, y entre ellas, una bonita perseida para el recuerdo.
Aquí os dejo la foto con la perseida, o mejor dicho un recorte de la foto original, un poco más saturado para resaltar la traza. Podéis ver la nube, muy luminosa por la acumulación de destellos de rayos en su interior durante la exposición y las luces rojas de unos aerogeneradores cercanos. La traza del meteoro está un poco arriba y a la derecha del centro de la imagen.
Es fácil identificar algunas constelaciones. La traza comienza cerca de la nube, en Pegaso. Luego cruza la pequeña constelación de El Caballo pasando muy cerca de su estrella más brillante (alfa). La traza muere finalmente en Acuario, por la que pasa un tanto de refilón, cerca de su estrella épsilon (un poco debajo y a la izquierda del final de la traza) y justo antes de llegar al límite con Capricornio. Un poco más arriba, a las 12 y en el borde de la nube se identifica la pequeña constelación del Delfín. A su derecha y más arriba, la brillante Altair presidiendo la constelación del Águila. Abajo a la derecha Capricornio (es fácil seguir los puntos y dibujar el “pañuelico de San Fermín”
Al final, tuvimos el espectáculo completo y la lluvia (la que moja) apareció, pero se portó bien y lo hizo mucho más tarde.